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Lydia Raquel Pistagnesi





Sin que tú lo adviertas
te estaré mirando
y mi pensamiento
volará contigo...
Sin que tú lo adviertas
velaré tu sueño
y serán mis brazos
tibios cobertores...
Sin que tú lo adviertas
correré a tu lado
cuando el aguacero
moje tus mejillas

Y recién entonces
pintaré una sombra,
para que te diga

¡Que te sigo amando!


Caserón antiguo de mi dulce infancia
vividos recuerdos tiempos felices
cuando ingenuamente volaba distancias
viajando por sendas de raros países.

Alegre criatura colmada de todo,
lejanos quedaron los días aquellos
el patio de piedra, las voces queridas
y las escapadas en horas de siesta.

Pícaras mascotas regresan ahora,
exponiendo magias que creí olvidadas,
sintiendo asombrada en este camino,
que sin darme cuenta, viví equivocada.





En el nombre del Ángel,
de Lydia Raquel Pistagnesi.
Ilustración: Ana Patiño,
Editorial Dunken, año 2006.

Contratapa del libro

Lydia Raquel Pistagnesi, nos ofrece en El nombre del Ángel el disfrute pleno de una ceremonia cargada de luz, donde sus versos son el motivo suficiente para que el lector bucee entre cuatro momentos trascendentes de la vida: Amor, Nostalgia, Reflexión y Recuerdos.

Su poesía construye un entramado donde la palabra es tejida prolijamente y no aspira ya a decir sino a ser.

“Eres el paisaje que se adentró en mi sangre/ El grito que acompaña mis silencios/ La mirada que se esfuma en el crepúsculo… cuando asoman las lágrimas”.

Se percibe en su obra la necesidad de quebrar la inmovilidad, el encierro, la imperiosa urgencia de celebrar la palabra escrita.

Cada procedimiento literario elegido por la autora es la creación de un bello mosaico que revela el compromiso asumido con la poesía y el equilibrio logrado a través de su trayectoria.

Enfatiza en los remates, descubriendo lo inusitado en las cosas cotidianas y lo mágico en las cosas triviales.

“El tiempo/ deshoja esperanzas/ Estoicamente / enfrento el naufragio/ Mientras un crucigrama de ambigüedades/ tiembla en mis pupilas”.

Demorada en caudalosos recuerdos, Pistagnesi no escatima en derramar su dosis de ternura y construir la memoria con los retazos que el tiempo se encargó de dispersar.

“Caserón antiguo de mi dulce infancia/ vívidos recuerdos de días felices/ cuando ingenuamente volaba distancias/ viajando por sendas de raros países/ (…).

No cabe duda que Lydia Raquel Pistagnesi, logra con su poemario En el nombre del Ángel, arrimar a un estadio de madura plenitud poética.

Resulta imposible, luego de su lectura, dividir las aguas entre lo pictórico y la palabra, me refiero al excelente trabajo de la artista Ana Beatriz Patriño, ya que la simbiosis producida logra el efecto seguramente deseado por ambas creadoras: traspasar el plano de lo real y llegar en el nombre del ángel, al alma de todos los lectores.


Doris Brugiati
Escritora – Crítica Literaria



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